El Primero del último

Un Autor de un libro muy famoso dijo que su fórmula para escribir era, levantarse temprano en la mañana y aislado, escribir por un determinado periodo de tiempo, como una jornada de trabajo, la idea suena tan interesante que me daba terror haberla perdido en el trayecto desde que oí el comentario, hasta saltar a mi silla frente a mi escritorio revuelto con cables, micrófonos, demás parafernalia electrónica y dejar el apunte, oh! Pero como tarda el mentado Word en arrancar, dos clicks y de ahí a que se comienza a teclear, como que pasa demasiado, como que se pierden momentos vitales en el proceso creativo, de donde brinca la idea a que se convierta en bits y bytes a veces los bytes se transforman en “byes” de donde se fuga la universalmente exitosa carrera literaria de este autor de paperback. Hablando del paperback, eso de definir, hasta que font se usa, es como que extremo decisivo, y haciendo homenaje a los escritores de maquinita, con ese romántico “tac-tac”, un tanto arrítmico, brinco abruptamente al texto con letras genuínas de Olivetti, que suena como determinada marca, como decir chocomilk o kleenex, algunos de los mas conocidos productos son mencionados para hacer una conexión vox populi porque verdaderamente yo siempre he escrito en una Remington lettera 33 de color azul, con teclas negras y letreros blancos, creo que de ahí me viene la necesidad de estar en contacto constante con este relativamente moderno teclado Compaq. Extraño que los huecos de las vocales que son los tipos más usados en la maquina de escribir, no estén rellenos de tinta y que las consonantes aparezcan (sobre todo las larguiruchas como las “eles” y las “tes”) nutridas y delineadas en una perfección de caligrafía oriental. Me encanta que durante un momento de inercia los dedos vayan plasmando mis pensamientos sin titubeo, interrupción o incoherencia relativa, si bien, mi incapacidad gramatical es frecuentemente evidente, no es deliberada, en recurrencia de un estilo desconocido y apenas ligeramente explorado al que es tiempo de empezar a explotar. La temperatura de este primero de Diciembre es ridículamente cálida por demás veraniega y húmeda, es el último mes en el dosmilcinco y ya nada será igual, ojalá.

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