Es Hora, ya.

Se siente bien a veces oir que la responsabilidad llama a la puerta y yo ni siquiera he terminado de despertar. Es fin de mes y las cuentas hay que pagar, ya sé, stressful times,... No realmente, es como que... no me importa, vuelvo a mi adolescencia, momentos en que los plazos vencían sin efectuar presión, jaja!... Siempre la ha habido sin duda pero no esta vez, mientras ponga comida en mi boca, lo demás no vale la pena la precupación. Estoy comodamente adormecido tal cual lo estaba en el paraiso, hasta ahora, la mejor época, donde mi único contacto con el mundo electrónico y la tecnología era un radito, el que tenia sobre una mesita rústica de madera de pino, nada más, no TV, no refri, no auto. El aire bien cargado de yodo en el ambiente, ligeramente húmedo pero de fresco e impoluto aroma llenaba mis pulmones. Eran los tiempos cuando se podia vivir con las ventanas abiertas y la puerta destrancada. No hace mucho apenas, la comida era mas fresca, menos artificiosa, zakawill los domingos y los amaneceres eran extremadamente revitalizantes, especialmente porque atestiguaba el despunte del Sol. Sentía una ligera ansiedad por admitir la luz, sólo que, al momento de recibir el primer destello de anaranjado pigmento, inmediatamente advertía un indicio de nostalgia por la noche que moría, apuñalada por ese primer rayo incandescente reflejado sobre el apacible y cristalino mar turquesa...
Todo esto me lleva preguntar una vez más: ¿Dónde chingaos andas Morenaza de mi vidaza!? (N.del T. Hago constar que la morenaza no se llama Soraya eeeh :-þ)
(notita #2: Fué excesivamente agradable haber charlado de nuevo Mr. Bond!)

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